Cuando se habla de rutas imprescindibles cerca de Madrid, La Pedriza y el Hayedo de Montejo suelen acaparar todas las menciones. Sin embargo, a tan solo una hora de la capital, existe una alternativa igual de espectacular y mucho menos masificada: la ruta de la Cascada del Purgatorio, en Rascafría. Naturaleza, historia, frescura y leyenda se combinan en un recorrido que lo tiene todo para convertirse en tu próxima escapada favorita.
El punto de partida es Rascafría, una villa con origen medieval enclavada en el Valle del Lozoya. Desde allí, se inicia un sendero que atraviesa bosques frondosos, acompaña el cauce del arroyo del Aguilón y se enmarca en una postal de robles, sauces, avellanos y serbales. Tras cruzar el Puente del Perdón —una joya de piedra del siglo XIV reformada en el XVIII— y dejar atrás el majestuoso Monasterio de El Paular, el camino se adentra en una atmósfera cada vez más silenciosa y salvaje.

La recompensa final son las Cascadas del Purgatorio, dos impresionantes saltos de agua de más de 10 metros de altura, alimentados por las aguas del deshielo y rodeados de vegetación exuberante. La primera se contempla desde una pasarela de madera. La segunda, algo más escondida, exige una breve pero emocionante trepada entre rocas.
La ruta completa, de entre 13 y 14 kilómetros dependiendo del punto de inicio, se puede realizar en un rango de 2,5 a 5 horas, según el ritmo, las paradas y si se accede a la segunda cascada. Tiene un desnivel moderado y es ideal para recorrer en primavera o en otoño, cuando el caudal es más abundante y el bosque luce en su máximo esplendor.
Accesible tanto en coche como en autobús desde Madrid, esta senda es más que un simple paseo: es una experiencia que mezcla historia, aire puro, leyenda y aventura. Ideal para quienes buscan lugares aún por descubrir, sin renunciar a la belleza ni al silencio de la naturaleza en estado puro.